domingo, 8 de febrero de 2009

Trampas retóricas de políticos


Los políticos mienten, todos lo sabemos, pero ignoramos los sutiles mecanismos por los que la mayoría de sus mentiras consiguen ser persuasivas. No sería así si fuéramos más duchos en detectar las artimañas retóricas, los sofismas, las falacias lógicas. Necesitaríamos un mecanismo mental que pitara cada vez que nos intentan colar una. A falta de un análisis crítico e imparcial, los periodistas de cada medio se limitan al filtrado ideológico: tomar de la mentira lo que a cada uno conviene, para el consumo del respetable. ¿Es posible en España un análisis imparcial, sin posicionamiento político? ¿En qué medio encontrarlo?
Un ejemplo claro de falacia retórica es la pregunta trampa: aquella que no admite escapatoria: si el interpelado responde, incurre en debilidad y si omite responder, refleja ocultamiento y culpabilidad. Un caso actual: el PP en el Congreso: “señor presidente: ¿cuánto costaron sus vacaciones en Doñana?” Obviamente, el gobierno elude dar una cifra (estaría bueno tener que justificar todos los gastos de residencia oficial y de seguridad del Gobierno, cada vez que a la oposición se le antoje pedirlos). Como el gobierno no responde, inferimos erróneamente que es un gasto exorbitante, un despilfarro imperdonable, en plena crisis, y qué fácil es, a partir de aquí, culpar al gobierno de las estrecheces económicas que padecemos. Pues bien, téngase en cuenta que Doñana no es Palm Beach, y que estos gastos son una cifra insignificante en el contexto de los presupuestos del Estado; la proporción es ínfima. Con una pregunta así y sin argumentos, el PP consigue que muchos ciudadanos crean que Zapatero, por sus gastos privados, es el causante directo de la crisis. Pura demagogia.
Otra falacia típica es la de dar una información incompleta.
El Govern afirma: “el derecho a estudiar en español está garantizado”. ¿Cómo lo garantizan? Esto no lo dicen: poniendo a un niño un traductor simultáneo en clase. ¿Se imaginan 25 horas semanales de traducción simultánea? Obviamente, casi ningún padre lo pide. Así se lo ahorran.

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